Luego del paso de ‘’Los profesores’’ y su lucha ante la hegemonía del fútbol argentino, Estudiantes de La Plata siguió formando grandes delanteros que dejarían afónicos a más de la mitad de la ciudad por la cantidad de tantos convertidos, ellos fueron: Manuel ‘’El payo’’ Pelegrina y más tarde, Ricardo ‘’El Beto’’ Infante, que finalmente terminarían en la historia grande del Club.
Era el ocaso para aquel quinteto que supo ser furor en los inicios de la década del ‘30, con Enrique Guaita retirándose en el Pincha a fines de dicha época, Estudiantes necesitaba un nuevo wing izquierdo para no perder el peso en el área que tenía ‘’El Indio’’, es por eso que Manuel Lavié (presidente en ese entonces) contrata a un joven delantero del Club Lavalle (Córdoba): ‘’El payo’’ Pelegrina.
Como llegó se calzó la albirroja, un 3 de abril de 1938, y desde allí jugó 14 años de manera ininterrumpida, convirtiendo 219 goles en 448 partidos jugados. Luego de que el Club sea intervenido, encaminó su rumbo futbolístico al Club Huracán, donde tan solo jugó una sola temporada. Volvió en 1954 para ayudar al equipo a ascender a primera división, lo cual fue logrado ese mismo año y siguió vinculado con la Institución por tres más. En total jugó 507 encuentros, donde convirtió 239 tantos y se convirtió en el máximo goleador de Estudiantes de La Plata y el cuarto en la era profesional del fútbol argentino.
‘’El Payo’’ encajó justo en el puesto de Enrique Guaita, ya que con la fuerza y precisión que tanto lo caracterizaba lo convirtió en el máximo goleador de la historia en su posición. Además de sus distinciones personales, con Estudiantes obtuvo los primeros torneos (no regulares) en la era profesional: la Copa Escobar (1944) y la Copa República (1945).
En pleno auge del ‘’payo’’ apareció ‘’ El Beto’’
Entre los 10 goleadores del fútbol argentino, Estudiantes de La Plata tiene anotado dos con fuerte arraigo al Club, sin contar al gran Martín Palermo. Uno de ellos es el recién mencionado Manuel Pelegrina, y el otro es Ricardo Alberto Infante, quien a sus 18 años debutó el 1º de noviembre de 1942, y desde ese momento jugó por diez años consecutivos con la albirroja, hasta aquella intervención que lo hizo emigrar a Huracán. Luego volvió en 1957 y jugó 4 años más.
El Beto convirtió 217 goles vistiendo nuestros colores, en los 15 años que jugó para Estudiantes, convirtiéndose en el segundo máximo anotador de nuestro club y el séptimo a nivel nacional. Además le puso el sello a una de las tantas jugadas que tiene este hermoso deporte.
Fue una tarde de domingo. Más precisamente el 19 de septiembre de 1948, por la fecha 21 del Torneo de Primera División. Estudiantes peleaba el campeonato mano a mano ante Independiente y River, con Pelegrina, ‘’Pichón’’ Negri e Infante en el frente del ataque. Este último ese día hizo una genialidad que quedó inmortalizada en el fútbol mundial: la rabona. El Beto pone en su mira el arco de calle 57 y desde 30 metros lanza un disparo de ‘’hachita’’ que sentencia el 2-0. El público y los periodistas quedaron extasiados con tal jugada, a la cual tiempo después la casa madre del fútbol mundial le puso nombre y autor: la rabona de Ricardo Infante.