Estudiantes sigue sin perder ante Gimnasia. La paternidad se estira a través de los años y no quiere cortarse. Aunque el empate dejó sabor a poco, la racha invicta como local cumplió la mayoría de edad; ya son 18 años.

Estudiantes empató ante Gimnasia, estiró su invicto y su paternidad. El aburrido 0-0 en UNO alargó la racha sin perder de local a 18 años. Lo del conjunto pincharrata en la ciudad de La Plata es cosa seria. Es que los números hablan por si solos; los triperos llevan 8 partidos sin poder hacer un gol en un regional, es decir 6 años desde que Maxi Meza marcara el último tanto. A su vez, ya son 14 los encuentros en los que Gimnasia no conoce la victoria, lo que significan 11 años sin que el león supiera lo que es la derrota.
Asimismo, la distancia en el historial es abismal; el único campeón de la ciudad le sacó 17 partidos de distancia a su eterno rival y no está abajo en el mismo desde- atención- ¡¡76 años!! Para que el lector tome dimensión del asunto; hay tres generaciones de hinchas albiazules que no saben lo que es estar arriba en un historial y hay una generación completa que no sabe lo que es ganar un clásico. Todo esto sin destacar, que estas tres generaciones tuvieron que sufrir la enorme humillación de ser contemporáneos a la mayor goleada en los más de 100 años de historia que tiene el derbi platense, estamos hablando del 7a0 acontecido en el 2006. Es triste.
Números aparte, Estudiantes disputó un encuentro aceptable y mereció muchísimo más que Gimnasia en el partido disputado ayer domingo a las 15:45 en el Jorge Luis Hirschi. Hay que marcar, nuevamente, la incidencia del árbitro Darío Herrera en el marcador. No cobró un penal clarísimo sobre la figura del partido Agustín Rogel, y decidió cortar un ataque más que prometedor de Leandro Diaz para cobrar una infracción menor.
Pero no es cuestión de llorar, Estudiantes no ganó el encuentro pura y exclusivamente por limitaciones propias. Hay que ser claros, no fue culpa del árbitro, ni del excelente estado del campo de juego, ni de absolutamente nada. Los dirigidos por el ruso se quedaron en la puerta del triunfo porque les faltó un plus. El segundo tiempo de Gimnasia fue de una tristeza absoluta, no se entendió si fue por problemas físicos, temor a perder o decisión propia, pero los dirigidos por Martini y Messera casi no pasaron la mitad de la cancha. Estudiantes debió ganar, pero no pudo.
En esta línea, hay que marcar que el visitante tuvo solo una jugada clara durante los minutos iniciales del primer tiempo y el resto fue todo del local. La más cercana fue la de Leandro Diaz, que quiso fusilar al arquero rival y estrelló su disparo en el travesaño. Pero también tuvo dos cabezazos; uno de Rogel y el otro de Fabián Noguera y un muy buen tiro de Godoy que Rey pudo desviar al corner. En el encuentro hubo un claro dominador y fue Estudiantes.
Pero ojo, no hay que criticar al equipo rival que hizo lo que pudo. Me arriesgo a teorizar que la diferencia entre ambos fue la falta de concentración del mens sana. Es entendible, debe ser difícil disputar un encuentro en una cancha como la de Estudiantes para ellos. El nivel del campo de juego es de nivel europeo y excede a la media del fútbol argentino.
En fin, Estudiantes quedó en una buena posición de cara a lo que viene. Se encuentra en zona de clasificación a la próxima ronda y tan solo restan 3 partidos por disputar. La campaña de Zielinski, aunque con altibajos, viene siendo de buena para arriba. La lucha por el descenso empieza a quedar atrás y los números cierran. En el horizonte se asoma un Rosario Central con su técnico en la cuerda floja y la necesidad de ganar para hacer valer el punto logrado en el clásico.