Poniendo el pecho sin preguntar y teniendo en claro por qué muerde, así avanza Estudiantes en el torneo. Quizás sea hora de empezar a soñar.
Estudiantes ganó, gustó, goleó y volvió a enamorar al hincha. El novel ciclo de Ricardo Zielinski paso a paso se está edificando en un equipo de temer. Hoy, jugar contra el león es incomodo, porque el rival sabe que si se equivoca paga. Encima, los dirigidos por el ruso no detienen su marcha un segundo e intentan forzar continuamente el error. Donde hay un jugador del contrario hay uno propio y a veces dos. El futuro es esperanzador.
En este sentido, el equipo parece moverse al ritmo de Jorge el «Corcho» Rodriguez que maneja los hilos del mediocampo a gusto y placer. El club pagó dos millones y medio de dólares por el pase del mediocampista de 25 años y parece haber hecho un negocio redondo. Es que el mendocino demuestra una soltura digna de un ex jugador europeo, una jerarquía que promete. Se empieza a comprender el gran elogio que le disparó Robert Pirès al mencionarlo como una de las grandes promesas de nuestro fútbol.
Asimismo, el pincha no fue solo el despliegue del Corcho, con quien no hay que reparar en encomios, sino que fue la velocidad por las bandas en las sociedades entre Pasquini/González y de Godoy/Castro. También fue el sacrificio de sus delanteros, que la agregaron la definición que venía faltando y, a su vez, la fortaleza de su dupla central y la entereza de Mariano Andújar quien no recibe goles hace 310 minutos.
No hay un jugador que no destaque en este presente y esa suma de individualidades- potenciadas por un técnico de sobrada experiencia- forma lo que se logra ver; un equipo de fútbol. Algo que parece simple de conseguir pero que en este club no se veía desde la salida de Nelson Vivas.
Además de todo, Zielinski se dio el lujo de quedar en la historia como el DT que hizo debutar a Deian Verón en la primera de Estudiantes de La Plata. La dinastía, que ilusiona a propios y ajenos, volvió a dar que hablar. Hay que ser pacientes con el joven mediocampista que está haciendo sus primeras armas y no presionarlo demás. Lo que si es innegable es que el porte de un Verón lo lleva hasta en la forma de caminar y al hincha eso le fascina.
Sin caer en repeticiones hay que ser claros; el armado del plantel fue casi perfecto. Quizás la falta de variantes en algunos sectores pueda pasar factura más adelante, pero por ahora no hay hueco por donde entrarle. La crítica al departamento de fútbol y a la CD durante el último tiempo fue muy grande (y merecida) pero como se los criticó, hoy hay que reconocerlos; a la bruja lo que es de la bruja y al flaco lo que es del flaco.
Ganar siempre es lindo. Pero más lindo es ganar sabiendo que hay un equipo que va a salir a la cancha a demostrar que merece usar la camiseta de un club tetracampeón de América. Mientras tanto, la zona baja empieza a quedar lejos y el fantasma de los promedios es algo que poco a poco queda en el olvido. Estudiantes se encuentra decimo segundo en la tabla, a tan solo 6 puntos de Defensa y Justicia que es el cuarto y a quince de Godoy Cruz que, en los papeles, sería el último en descender.
Asimismo, Zielinski desde que llegó no le esquivó a la pesada mochila de dirigir una histórica institución del fútbol sudamericano y prometió darlo todo para pelear arriba. Pensar en un título es utópico, pero comenzar a soñar con la clasificación a una copa internacional, no debería ser una locura.
En el horizonte cercano está Colón, un duro rival que ganó los cuatro partidos que disputó y que, por ende, se encuentra puntero solo en nuestro grupo. Se puede perder, ganar o empatar frente al sabalero; esto es fútbol. Lo que no se puede negociar jamás es la actitud, la entrega y el corazón, una premisa que se está cumpliendo a raja tabla; es la formula de cara al futuro. Mientras tanto, el hincha sigue en una pequeña luna de miel, esperando el domingo para ver a Estudiantes llevando de bandera la ilusión.